Mi perra vida, la décimo quinta semana del año 2024.

Bienvenid@s a una semana más de mi perra vida. Esta semana les cuento algunas consideraciones sobre el insomnio, tema que me tiene a veces bien, a veces mal y a veces peor. También un microrrelato sobre la inseguridad que estoy seguro no ocurre solo en mi imaginación. Un poema hermoso sobre la irracionalidad del amor. La frase de esta semana se la robé a Pierre Lemaitre de quién me considero un gran fanático. Y en esta ocasión el bonus track esta tupido, les grabé una conferencia que impartí sobre algunos aspectos de la investigación en medicina, luego un par de canciones por si se quedan dormid@s, y finalmente unas fotos perrunas.


Si algo de lo que les comparto les gusta y creen que le puede ser de interés a alguno de sus contactos, no duden en compartirlo.

Igualmente, si quieren comentarme algo, no duden en hacerlo.


Absurdas consideraciones sobre mi insomnio

Hubo una época en que las noches además de eternas, eran una pausa a la vida. Algunas veces interrumpidas por esporádicos miedos irracionales o un par de gatos apasionados.

Conforme las arrugas pueblan mi cara, la noche ha ido dejando de ser el oasis de la realidad, para transformarse en un pueblo ruidoso y caótico.

Parecía normal que algunas pesadillas fueran los primeros inquilinos que infundían intranquilidad, pero con los años mi vejiga en contubernio con la próstata han decidido cambiar de bando y apoyar la interrupción del sueño. Poco después mi intestino decidió una estrategia de reducción del número de horas continuas que puedo estar en la cama, al despertarme con no poca premura lo más temprano posible.

La pandemia invitó a la ansiedad a cohabitar en este nuevo poblado, la cual suele venir acompañada por problemas nimios, que han logrado mantenerme despierto durante horas en la madrugada.

La lucha para recuperar la paz en el aguerrido terreno nocturno ha incluido todas las vías diplomáticas disponibles: meditación, pócimas aromáticas, antifaces, negarme el café vespertino y ni se hable del café nocturno, cenar temprano, y otras tantas estrategias paganas. Todas estas estrategias con resultados variables.

El colmo a la invasión de mi sueño y paz nocturna ocurrió hace unas semanas, que a consecuencia de dos semanas de entrenamiento excesivo (que en teoría me ayuda a conciliar el sueño), a las dos de la madrugada un dragón con aliento a ventisca del desierto acometía contra mi pierna izquierda, arrancándola y arrojando fuego al muñón. Así un maldito calambre me torturó unos minutos.

Creo que este sabotaje nocturno, es la estrategia de mi cuerpo al saber que el tiempo solar se reduce y ha decidido invadir el terreno de la luna.


Microrrelato

Llegando a fin de mes

Los ojos se le inundaron de sangre al ver la bala que lo había atravesado. Mientras la vida se alejaba, así como ese hombre con una pistola en la mano y una cartera robada con un solo billete en la otra.


Poema


Frase robada

– ¿Es triste? -le preguntó el señor Jules

– Es amor

Pierre Lemaitre – El Espejo de Nuestras Penas


Bonus track

¿Qué se necesita para ser un investigador clínico?

Esta semana me invitaron a dar una pequeña conferencia sobre qué se necesita para ser un médico que hace investigación científica, les dejo una adaptación de esa charla, ojalá les agrade.

Algo de música para despertarse

Fotos perrunas

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