Relato – Epílogo | Poema – DADDY – Manuel Vilas | Reseña – La M de las moscas – Helena Araujo | Frase robada – Margot Rot | Bonus track
Epílogo
Sabiendo que es un lugar común, me arropo en el pragmatismo de medir el tiempo para darle métrica al principio y fin de las cosas.
Mi cotidianidad como la de todos, está lleno de aristas y tonalidades. En mi caso es usual el devenir entre la lectura científica especializada a la poesía; de la cumbia a la ópera italiana; y no infrecuentemente de la razón a la irracionalidad.
Dentro de esta caleidoscópica paleta de colores, miles de cosas han dado forma a lo que soy, y enmarcaron el pensar y mi sentir de este año, el cual, como signo indiscutible de vejez, se me pasó por las narices a una velocidad pasmosa.
Sería muy complejo ponerle orden y prioridad a los sucesos que enmarcaron los últimos trescientos sesenta y cinco días, y muy probablemente muchos de ellos incomprensibles o dignos de análisis psicológico profundo.
Por lo tanto, mencionaré aquellos tres que (en este momento) considero me afectaron de manera más profunda.
Desintoxicación digital
Iniciando como un entusiasta de todo lo que sonara a novedad digital, desde el año pasado ya había un sinsabor con esa tendencia, pero la realidad manifiesta y tres libros: Infoxicación (Margor Rot), Utopías Digitales (Ekaitz Cancela) y Privacidad es Poder (Clarissa Veliz); afianzaron y dialogaron mis argumentos para reducir lo más posible mi huella digital, cerrando mis redes sociales, primando los productos físicos o analógicos, y eliminando el monitoreo continuo de mis actividades. Esto me llevó a un estado, que al principio generó ansiedad, pero que al paso de los meses trajo bastante serenidad mental.
Otro efecto adverso fue algo de frustración porque mi ritmo de vida no me deja ir más allá en este proceso de desconexión. Pero como justamente menciona Clarissa Veliz, cualquier avance que haga es valioso.
Semanas sabáticas
Soy un animal de costumbres, me funciona muy bien para lograr sobrellevar las decenas de funciones que me competen y me satisfacen. Por lo tanto, abandonar ese sistema, que me ha tomado años afinar, para regresar a Trieste, en un principio sin saber claro para qué, tal propuesta fue, a la postre una grata y enriquecedora experiencia. Abandonar mi rutina por tres semanas sin un rumbo claro, fue como liberar a un animal en cautiverio en una reserva natural protegida.
Esas semanas que al principio parecían eternas resultaron un suspiro. Fueron una mina, en la que encuentros con amigos, pasiones, vocaciones y añoranzas me hicieron reflexionar, modificar algunos esquemas y reencontrarme con cosas sustanciales de la vida. Probablemente la evidencia empírica de tal suceso fue el comentario de mi hermana «volviste con otra cara». Afortunadamente no solo me cambió el semblante, fue algo más profundo.
Escribir
Hace unos días me preguntaban porque había elegido Substack como plataforma para escribir. Mi respuesta fue muy poco solvente, y ni siquiera logró auto convencerme; ya había intentado Medium, pero algo tuvo que no terminó de cuajar. Y aún sin respuesta, ese cuestionamiento me llevó a analizar este proceso de publicar semanalmente.
Inicié a escribir de manera sistemática en febrero de este año, bajo la premisa de hacerlo como entrenamiento literario. Esto bajo el paradigma que seguí para llegar a correr ultramaratones, cuando en teoría estaba proscrito que lo hiciera. Y ese modelo se basa en la constancia, el aprendizaje continuo, y en el empirismo del ensayo y error como forma de retroalimentación. Este entrenamiento hoy cumple cuarenta y ocho semanas ininterrumpidas en las que cada viernes, ejercito mi creatividad y sensibilidad literaria con una amplia variedad de temas.
Siendo congruente con mi desintoxicación digital, nunca ha sido mi meta tener miles de suscriptores, centenas de corazones aprobatorios o decenas de comentarios; al final es entrenar el músculo artístico, que así como las piernas me llevan a lugares y emociones idílicas, la escritura me transforme.
Ese objetivo personal se ha logrado con creces, este año ha sido desde la perspectiva artística muy enriquecedor. Lo cual también, y de manera inesperada, me ha acercado a gente que me lee y me quiere, llevando esas letras a otros ojos y otras almas, algunas previsibles y otras totalmente inesperadas. A todos (no importa el número) los que leen estas páginas que normalmente se escriben de madrugada (hora en que la vida aún no me cae encima), les agradezco infinitamente.
DADDY – Manuel Vilas
No bebas ya más, papá, por favor.
Tu hígado está muerto y tus ojos aún son azules.
He venido a buscarte. Mamá no lo sabe.
En el bar ya no te fían.
Iban a llamar a la policía,
pero me han avisado a mí antes,
por compasión.Papá, por favor, reacciona, papá.
Hace meses que no vas a trabajar.
La gente no te quiere, ya no te quiere nadie.
Muérete lejos de nosotros, papá.
Nunca estuvimos orgullosos de ti, papá.
Por favor, muérete muy lejos de nosotros.
Nos lo debes.
Siempre estabas de mal humor.
Casi no te recordamos, pero nos llaman del bar.
Vete lejos, nos lo debes.
Es el único favor que te pido.
La M de las moscas – Helena Araujo
Esta propuesta de Araujo es muy interesante y exótica para los ajenos a la tierra colombiana, es una escritura con modismos arraigados y una estructura algo suigéneris e innovadora. No sé si es por la referencia obligada, pero parece un simbionte entre James Joyce y Gabriel García Márquez. Este libro de cuentos no fue fácil, tal vez el que le da título a la obra es el más interesante. Una infestación de moscas crea un movimiento humano (en sus vertientes sociales, económicas y antropológicas) que sirve como cebo para atraer problemáticas sociales de toda índole, lucha de género, racismo, explotación, entre otras, todo bajo el pretexto de las moscas, pero es evidente que cualquier cosa podría ser ese subterfugio.
Los demás cuentos son algo insondables y de tintes que se aproximan a Joyce. Para mí fue una grata curiosidad, pero no para todos los paladares.
Frase robada – Margot Rot
La idea de razón desvinculada de la emotividad es un mito de la modernidad.
Bonus track




