Relato – Trato humano | Poema – Oraciones – Maria Montero | Reseña – Cartas a Antonia – Alfredo Molano Bravo | Frase robada | Bonus track
Trato humano
Iban llegando sin llamarlos, poco a poco, conforme pasaban los días, siempre del mismo modo, los acorralaban entre chillidos y gruñidos, buscaban escapar, siendo el lugar más obvio ese frío granero, como si los arrearan sus persecutores los iban cercando, una vez que entraban y atrancaban la puerta los dejaban de acechar, pero se oían sus pisadas, decenas de ellos en la maleza.
Apenas sobrevivían encerrados, hacinados, racionaban los víveres y ocasionalmente cuando se hacía el silencio afuera, alguno salía a buscar un poco de agua para lo elemental. Al entrar los perseguidos, una vez seguros, todos se acercaban a ofrecer ayuda, pero en especial para obtener del recién llegado, lo más preciado, información sobre lo que ocurría allá afuera.
Obreros, personal de limpieza, profesores, aquellos que contaban con pericia para escapar de sus persecutores. El recién llegado, igual que los anteriores estaba sucio, con aspecto destruido y una pequeña mochila donde guardaba lo elemental para subsistir.
Todos contaban su pesadilla, sus pérdidas, y la fortuna de haberse mantenido con vida a lo largo de las últimas semanas. Aunque esperaban alguna noticia que les diera esperanza, el ritual se repetía, sólo describían el salvajismo y la violencia irracional de sus persecutores. Mientras el recién llegado contaba con lágrimas como había perdido a su familia, uno de los lideres del grupo interrumpió su relato.
– El logotipo de tu mochila, es de Recomgenetics ¿cierto?
El recién llegado guardó silencio asintiendo con la cabeza. Quien lo interpelaba era uno de los considerados rebeldes que organizaron los movimientos en contra del maltrato animal, que había trabajado como investigador en la empresa que había impreso su logo en esa mochila.
– Es difícil reconocerte sin tu disfraz de investigador, aunque más querías parecerte a los directivos con sus trajes millonarios, considerando la fortuna que les hiciste ganar, era esperable que te volvieran uno de ellos. Pero me imagino que cuando las cosas se salieron de control te abandonaron, si no, no estarías aquí.
El grupo que los rodeaba estaba desconcertado, pero dieron inconscientemente un paso atrás, alejándose del recién llegado.
Cada día que llegaba al laboratorio, sabía que podía ser el último, era cuestión de tiempo para que ubicaran su rostro en los videos que se difundían en las redes, manifestándose contra la manipulación genética del ganado. Su contrato ex profeso le impedía participar en cualquier manifestación que afectara “el desarrollo tecnológico de la empresa”.
Llegó a su cubículo, antes de pasar al área de esterilización para entrar al bioterio donde cuidaba a los animales. Un par de guardias lo esperaba, sabiendo lo que significaba, lo que más le dolía era abandonar a sus cerdos, estaba asignado al área porcina, pero aves y reses eran parte de la primera granja de trato humano para animales destinados a consumo humano de Recomgenetics.
En la sala de juntas de recursos humanos estaba el director de investigación, lideraba la discusión, explicando las opciones que tenían para expulsarlo de la empresa, las cuales en términos reales se basaban en un convenio que impedía divulgar cualquier información sobre las actividades que se realizaban en la granja, en caso contrario se tomarían las medidas legales para encerrarlo en prisión, de modo nada sutil también daban a entender otro tipo de medidas coercitivas; ya existían algunas historias no confirmadas de accidentes poco plausibles de empleados que estaban en desacuerdo con la compañía.
No se quiso complicar la existencia, sabía que ya había logrado su objetivo. Terminó de escuchar los argumentos falaces de quien fuera su tutor de doctorado, los cuales aceptó, así como el sustancioso cheque que aseguraba su silencio.
Al salir de la granja no dejaba de recordar cuando hace algunos años tras la caída de las acciones de las principales empresas productoras de carne, se unieron para formar un consorcio internacional para utilizar los mayores avances tecnológicos y calmar la presión social sobre el maltrato animal. Al ver que los consumidores redujeron su consumo de carne a nivel global y tras pagar millones para ocultar los videos que mostraban el sufrimiento de los animales, lanzaron a los cuatro vientos su mayor avance en contra del sufrimiento animal, la mayor aplicación de la biotecnología a la producción de carne.
Lo habían aceptado como alumno de doctorado para participar en el proyecto en el que modificarían genéticamente al ganado a través de una sofisticada técnica de manipulación genética llamada CRISPR, que en sus inicios permitió curar pacientes que padecían trastornos genéticos mortales, básicamente recortando el fragmento de gen afectado y sustituyéndolo por uno sin alteraciones, aquellos que tenían un futuro acotado, tendrían una vida normal.
El consorcio contrató al investigador líder que desarrolló la técnica de manipulación genética para lograr lo que la sociedad exigía, evitar el sufrimiento animal. Ya que para conseguir eso, modificando las condiciones físicas de las fábricas de carne les consumiría un inadmisible trozo de sus ganancias, sus cálculos indicaban que era más económico realizar múltiples modificaciones genéticas, eliminando genes que regulan el dolor, el miedo y la ansiedad en los animales.
Las condiciones de crianza incluso empeoraron, ya que ahora demostraban científicamente que los animales no sufrían, incluso las modificaciones en sus genes confirmaban que eran felices en tales situaciones de encierro y maltrato. Lo que no esperaban era el incremento en el consumo de carne, ya que ahora que les habían inhibido la capacidad de percibir dolor o sufrimiento, la carne era suculenta, incluso varios estudios financiados por el consorcio mostraban grandes beneficios nutricionales, lo cual redituaba en significativas ganancias para la industria.
Esas ganancias también sirvieron para lograr acuerdos extrajudiciales de las varias muertes “accidentales” de los empleados que morían bajo las piaras de cerdos que además de un delicioso sabor en la carne, se les había desarrollado un indomable deseo por atacar al personal que los atendía en la granja. Al principio parecía un suceso aislado, siempre adjudicado al descuido de los empleados. Pero conforme pasaba el tiempo, ni los trajes de protección, ni las armas eléctricas lograban detenerlos, así como eran inmunes al maltrato cotidiano, también lo eran a las armas que buscaban alejarlos cuando sorpresivamente se organizaban para atacar. Detectaron una serie de gruñidos y chillidos minutos antes de iniciar el ataque conjunto, así los cuidadores apenas podían escapar, y los cuerpos armados de seguridad disparaban a los que iniciaban el ataque.
– ¿Estarás orgulloso de tu creación? Le espetó mientras se paraba enfrente del grupo
– ¿Y tú? ¿Acaso no eres también responsable? Después de que filtraras toda la información que robaste de la empresa, los grupos pro-animales asaltaron las granjas y liberaron miles de animales.
Los grupos pro-animales atacaron diversas instalaciones de Recomgenetics, miles de animales vagaban por carreteras, accidentados, sin dolor ni miedo, algunos muy lastimados seguían errando, en las ciudades grupos armados se creaban para cazarlos, organizaban fogatas callejeras para cocinar sus trofeos.
Tras algunas semanas la mayoría de las gallinas, cabras y reses morían por falta de cuidados, el olor a carne podrida era insoportable.
Tras el paso de los meses la situación se normalizó, al inicio en periódicos locales de los pueblos cercanos a los bosques reportaban campistas desaparecidos en la montaña, al encontrar los pocos restos asumían que osos o lobos los habían atacado. La situación cobró relevancia cuando un superviviente compartió un video en el que una piara de cerdos se organizaba para atacar a un grupo de boy scouts, se veía un comportamiento organizado, jerárquico, guiado por gruñidos y chillidos; inclementes atacaban y destrozaban a sus víctimas que se defendían con escuetos cuchillos o armas de fuego, pero era insuficiente, el número, organización e insensibilidad de los animales era monstruoso.
En meses se habían mezclado con cerdos salvajes y su ferocidad era mayor, parecían disfrutar de las redadas, que cada vez fueron mas numerosas e intrusivas en pequeñas poblaciones, miles de animales en táctica militar encerraban a los pobladores que eran incapaces de defenderse ante un enemigo inmune al dolor.
La monitorización de esas ingentes piaras mostraba el mismo patrón, primero atacaban las poblaciones cercanas a las granjas, y una vez asesinados o desplazados sus habitantes, invadían las instalaciones de Recomgenetics para liberar a los prisioneros, solo usando fuerza bruta, golpeaban con fuerza las jaulas hasta morir desangrados, decenas se sacrificaban para liberar a los animales.
En el granero, cuando todos supieron que el recién llegado era el genio que había creado y ejecutado el plan para modificar genéticamente a los animales, intercambiaron miradas, y tras un silbido se abalanzaron contra él, entre chillidos y gruñidos lo atacaron, uno de ellos sacó un cuchillo y se lo enterró en el pecho, aún agonizando lo cargaron entre varios, subieron al ático del granero donde se encontraba la única ventana, y lo arrojaron, los cerdos se encargaron de terminar la tarea y se retiraron.
Adentro confiaban que ese sacrificio los alejaría por algunos días, hasta que encontraran a otro superviviente y lo llevaran hasta el granero.

Oraciones – Maria Montero
No quedarme callada porque es tarde.
No decirle al dolor ‘esta es tu casa’.
No deshacer la luz.
No dejarle al miedo lo que ya está hecho.
No cerrar las ventanas porque la historia de otros.
No regalar la noche que es mi huella.
No vencer al fantasma que me vence.
No gritar mi nombre donde nadie lo escucha.

Cartas a Antonia – Alfredo Molano Bravo
Llegué a este libro gracias al fotógrafo Federico Ríos, le agradezco tan encomiable recomendación.
Este fue el último libro de una de las figuras más relevantes de la cultura colombiana. En estas cartas, con el pretexto de escribirle a su nieta, nos relata, porque parece no solo estar hablándole a ella, sino al mundo, en especial a este universo que vive del presente y olvida con demasiada facilidad.
Pero ya sea a Antonia, a ti, o a mí, Alfredo nos relata aspectos relevantes de su vida, su lucha y de su Colombia que algunas veces lo trató bastante mal, pero siempre manteniendo valor e integridad. Relata una historia muy sensible rotundamente personal que, como todas las buenas historias o las buenas vidas, es universal. Aunque decenas de años y miles de kilómetros nos sitúan en una realidad distinta, nos ubica en los dilemas de siempre, desde una perspectiva nostálgica y reflexiva.
Siempre luchador, describe una guerra que sabe perdida contra el cáncer de laringe que lo llevó a la tumba, siendo así congruente con su devenir.
El libro tiene incursiones de Antonia, incluyendo una carta de despedida, que les recomiendo leer sin compañía, ya que es de esas cartas que se recomienda sufrir y llorar en soledad.

Frase robada


Bonus track


