Mi perra vida, la trigésimo novena semana del año 2024.

Relato – Animales en cautiverio | Poema – Contro la morte esiste solo l’amore – Franco Arminio | Reseña – Otro Invierno – Tomás Segovia | Frase Robada | Bonus track

Relato – Animales en cautiverio

Hace quince años vine a Trieste para una estancia de posgrado que después se transformó en una estancia doctoral, estuve cerca de dos años y medio. Sin duda una de las experiencias más importantes de mi vida, tanto a nivel profesional como personal. Hoy nuevamente retorno al pueblo, como cariñosa y realistamente le digo, como hace tres lustros con mucha emoción, también con algo de ansiedad. La ansiedad me ha estado acompañando desde la pandemia, o desde que me acerco al medio siglo de existencia, aún no me queda claro.

Pero volviendo al tema que compete estas palabras, es muy grato sentirte cómodo, casi como en casa con los usos y costumbres de una ciudad que no te vio nacer, casi un oxímoron. Darte cuenta de que las cosas elementales que en otro tiempo me tomaron semanas, y romper barreras del lenguajes y prejuicios, hoy son minucias.

Ahora bien, la parte menos grata viene con la ruptura de algo que en los últimos años he trabajado con empeño y detalle, esto es crear una rutina impecable que me permite ser lo más eficiente posible, para así llenarme de proyectos y responsabilidades, sin duda varios de ellos fatuos e innecesarios. No negaré que con el tiempo me arropé de todos esos textos que te “ayudan” a lograr la inmaculada meritocrática vida, que sinceramente se acerca más a una precarización idealizada.

El caso es que en estos quince años había afinado esta maquinaria para lograr una pléyade de prestezas laborales y un par de actividades recreativas que me llenan y me equilibran en el precarienato que habito. Pero ahora que tenía que dejar todo durante tres semanas, para centrarme en la incertidumbre y libertad de nuevos y viejos proyectos en mi estancia en Trieste; me hace verlo en tercera persona y me forzó a intentar entender lo que la rutina impide, lo que bloquea, cómo la tradición te ciega e incluso atrofia. Tampoco se trata de decir que la vida es una rotunda mierda, sencillamente el día a día se va formando de sedimentos que algunos son buenos y otros no tanto.

Tras apenas unos días y con un poco menos de tres semanas por delante, estoy muy contento de ver amigos a los que les gusta verme también. Pero también tengo ansiedad, que conforme la luna sube y baja del cielo ha comenzado a disminuir en intensidad, tengo ansiedad de haber cambiado mi precarizada rutina. Lo que si he aprendido es que puedo crear muy rápidamente una nueva cotidianidad, al final del día no dejo de ser un animal en cautiverio, al que la libertad súbita lo aterroriza.


Poema – Contro la morte esiste solo l’amore – Franco Arminio


Reseña – Otro Invierno – Tomás Segovia

Hay una escena icónica en uno de los tomos de la Tetralogía El Cementerio de los Libros Olvidados de Carlos Ruiz Zafón, en donde Daniel tiene que elegir un libro de un santuario literario, a modo de rito de iniciación, sabiendo que al final El Libro es quien elige al iniciado. Entre el amplio inventario de postureo que rodea a los lectores, existe esta creencia, de que los libros son los que nos eligen.

Para mis adentros pensaba que era parcialmente cierto, pero lo explicaba con el sesgo de confirmación. En esta ocasión al reencontrarme con Tomás Segovia, así como a mis dieciocho años, me acercó a una parte muy sensible de mi personalidad a través de su poesía. Ahora casi treinta años después me rescata a través de una compilación de inesperados cuentos y relatos, inesperados porque compré el libro pensando que era poesía (moraleja hay que ver con detalle lo que uno compra en las ferias de libros).

Los cuentos y relatos del Valenciano-Mexicano son hermosos, traslucidos, sensibles y dolorosos. Exploran las aristas de la personalidad, siempre con dulce crudeza. Pero con una visión humanista profunda, que refleja problemáticas que todos vivimos, o más bien sufrimos. Esta perspectiva en tercera persona permite tomar una sana distancia a las contrariedades, obsesiones y sufrimiento; ayudándome así a salir de un pequeño bache.

De este modo se podría confirmar que en esta ocasión el libro vino a buscarme, sabiendo que necesitaba ayuda.

  • Lo recomendaría para quienes desean leer cuentos o relatos que reflejan los claroscuros de la vida.

  • No lo recomendaría para quien creen que es un libro de poesía.


Frase Robada


Bonus track

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